miércoles, 27 de julio de 2011

El binomio fantástico

Gianni Rodari dio a conocer en 1973 su Gramática de la Fantasía con un objetivo muy particular: no representa ni la tentativa de fundar una “Fantástica” en toda regla, lista para ser enseñada y estudiada en las escuelas como la geometría, ni tampoco una teoría completa de la imaginación y de la invención. No es tampoco un “ensayo”. No sé exactamente qué es. Se habla aquí de algunas formas de inventar historias para niños y de cómo ayudarles a inventarlas ellos solos. Tal es la descripción que él mismo hace de su texto. Y tiene razón. Se trata de “formas de inventar historias”, es decir que, proveyendo una gramática de la fantasía, podemos lograr una síntesis entre la estructura de nuestro lenguaje y la imaginación de los chicos. Por esta razón, el trabajo de Gianni está dirigido a quien cree en la necesidad de que la imaginación ocupe un lugar en la educación; a quien tiene confianza en la creatividad infantil; a quien conoce el valor de liberación que puede tener la palabra.

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